nosotros disfrutamos mirando, tocando, poniendo y quitando. Pero... ¿dónde está tu
placer? No te conformes con ser el objeto de deseo de tu pareja. Pídele que participe
en este juego de seducción. Dile, ¡Cariño!... ¿sabes que la lencería masculina también se ha
renovado? Pónselo fácil: acércale algún catálogo que le muestre lo sugerentes y sexys
que están esos muchachitos con esas mínimas ropitas. ¡Uummmm! Dile que tu
imaginación se desborda cuando piensas en él con esos conjuntillos y pídele que se
compre uno inmediatamente. Y si aún no se da por enterado, facilítale el acceso mucho
más: cómpralo tú misma y déjaselo sobre la almohada. ¡No se resistirá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario