Existen muchas personas a las que todavía avergüenza el sexo. Si eres de las que están
limitadas por una educación represiva, tienes varias opciones:
Intentar derrumbar tus prejuicios... pero no lo hagas para satisfacer a los
demás, sino para sentirte a gusto contigo misma. Analiza los tabúes con los que has
vivido hasta hoy y atrévete a fulminarlos.
Elimina tus sentimientos de culpabilidad. Nada de lo que hagas voluntaria y
conscientemente debe suponerte un problema. Hay libertad total, siempre que
exista consentimiento y aceptación libre por ambas partes.
Tómate tu tiempo. No quieras erradicar en un instante lo que tu mente ha
almacenado durante años. La educación es un proceso largo y los cambios que se
quieren introducir en las conductas sedimentadas son lentos. Ten paciencia y, sobre
todo, ¡exige paciencia!
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