4/18/2009

A primera vista…

Acabas de conocer a alguien que te ha seducido a primera vista... y, en principio, parece

que la novedad debería ser suficiente. Pero... las fantasías surgen inmediatamente. Si realmente has quedado deslumbrada no dejas de imaginar qué pueden hacer juntos y cómo.

Sin limites. Sin vergüenza. Sin censuras. Quizá jamás llegarás a intimar con él, pero tu imaginación ya se ha puesto a trabajar.

Materializando las fantasías...

La pasión ha florecido y las fantasías no tienen porqué cesar. Nada impide que las

aventuras reales se complementen con las historias ficticias. Cuando la pareja ha

llegado ya a acomodarse en una cierta rutina... la fantasía se convierte en el mejor

estímulo para la innovación. Recurrir a los más calientes ocurrencias que propone nuestra

mente puede ser un sencillo y práctico método para lograr que no decaiga el ímpetu del

amor. ¿Con qué sueñas, amor? Deja de soñar y... ¡vívelo! Cuando la confianza ya ha

fraguado completamente es el momento de liberar completamente todos los impulsos

sexuales; siempre que sea un juego en el que ambos participen voluntariamente. Y siempre que el placer sea mutuo.

¿Hay límites para las fantasías eróticas?

Los paraísos eróticos a los que nos transporta consciente o inconscientemente nuestra

mente son un oasis de placer. O por lo menos así debería ser. Las fantasías sólo tienen un límite: el propio placer. En el momento en que un sueño no produce bienestar se convierte en una pesadilla.

Hay más trucos, pero si te los cuento sabrás tanto como yo.. y esa no es la idea

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